hojas de morera, la oruga
segrega hilo de seda, una mezcla
de proteínas que se endurece en
contacto con el aire.
¿Cómo lo logra?
Es un secreto que los bioquímicos
aún no lo han descubierto.
La seda es la superfibra, una sustancia única en la naturaleza, que es segregada por las glándulas de la oruga de la mariposa de seda y de la araña en forma de filamentos para, en el caso de la oruga, formar un capullo, y en el de la araña, una tela.
En contacto con el aire, estos hilos se endurecen o polimerizan formando una poderosa fibra natural que supera en fuerza a la del hilo de acero de igual diámetro. Son tan valiosas las cualidades de la seda que los científicos se fijan en ambos modelos animales para conseguir el cuarteto de proteínas que debe poseer un material perfecto, es decir, fortaleza para soportar grandes presiones, flexibilidad y ligereza para desprenderse del peso muerto y rigidez para evitar graves dilataciones.
Los investigadores intensifican su trabajo para desarrollar la siguiente generación de fibras que abastezca a una industria quimicotextil multibillonaria. Los expertos consideran que ciertos tipos de seda de araña se encuentran entre las fibras naturales más fuertes de la naturaleza. El problema es que las arañas no se pueden criar como los gusanos de seda, puesto que son carnívoras y, al reunirlas en un espacio cerrado, se atacan y devoran unas a otras, además, hoy es casi imposible reunir en cantidades suficientes y rentables su seda de alta calidad.
A mediados del siglo pasado, los cirujanos vasculares de China carecían de nailon para coser las arterias. Entonces un cirujano de Shanghai, Feng Youxian, comenzó a experimentar con injertos de seda y creó unos tubos para ser empleados como prótesis.
Fuente: Delfín García. Revista Muy Interesante.
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