viernes, 30 de agosto de 2013

UN PANORAMA DE CHILE

Recortado entre los Andes
y el océano Pacífico, estrechado
por los cerros y el mar, presenta
Chile una configuración de
cinta en el extremo sur
de la América nuestra.

                                                                         


          Una larga faja de 4.300 kilómetros con un ancho que no pasa de 460 ni es menor de 170. Perú es su límite norte; Bolivia y Argentina se tocan con él en las cumbres cordilleranas del oriente; y por el oeste y el sur, el océano lame sus costas, suavizando los rigores del frío invernal y
del calor veraniego.
          En este territorio estrecho y largo, todos los aspectos geográficos y naturales se han dado cita pintoresca, y han creado, a su vez, una raza homogénea que es idéntica en las ardientes latitudes de Arica y en las heladas estepas de Magallanes.
          La homogeneidad de sus hombres, que son rudos, pacíficos y de innegable inteligencia, y las variadas características de sus condiciones naturales, ofrecen a Chile saludable porvenir en la vida futura de América.
          Este país netamente minero, industrial y agrícola, ofrecerá su economía a sus hermanos a cambio de los productos que nunca podría tener ni cultivar por razones de clima. 
          De la cultura de Chile hay rastros imperecederos en otros pueblos de América. Un Joaquín Edwards Bello, un Carlos Silva Vildósola, siguen la huella luminosa de los Lastarrias y Vallejos en el periodismo de la época; Mariano Latorre y Alberto Romero heredan a Blest Gana, manteniendo el ilustre de la novela nacional.
          Gabriela Mistral y Pablo Neruda son lumbreras de la poesía castellana. Rebolledo Correa y Alfredo Strozzi han honrado con sus cuadros exposiciones europeas. Totila Albert y Lorenzo Domínguez estarán en el porvenir junto a esos escultores que se llamaron Virginio Arias, Rebeca Matte y Simón González.
          Y así estrechados entre los Andes y el mar, los chilenos, con la herramienta y el timón, con la pluma y el pincel, labran una tradición de progreso y cultura, amparados en la libertad de su sistema de gobierno, ejemplarmente democrático. El mar y la montaña han plasmado a sus hombres y les han señalado amplísimos horizontes.


Fuente: Guillermo Eduardo Feliú. abogado y periodista chileno contemporáneo.
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