lunes, 5 de agosto de 2013

PARA LOS HOMBRES TAMBIÉN

El afeitarse cada mañana
es algo que se hace pesado,
pero hay que hacerlo.
Son minutos que sirven
para pensar.
Pero el afeitarse es un arte,
y como todo arte, es muy  lindo
llevarlo a cabo.

                                                                     


          ¿Hombres totalmente ganados por la cosmética? Sí, los hay, aunque valiéndose de materiales muy rudimentarios. Ocurre en la Melanesia, región en la cual el pintarse es privilegio de los varones; las mujeres, con las caras al natural, cuarteadas por el sol y el aire, asisten resignadas al debilitamiento de sus epidermis.
          Los hombres, en cambio, preparan buenas mezclas de barro, rodajas de pepino y otras yerbas, a las que suman respetables cantidades de tinturas. Todo para quedar embardunados hasta los ojos, máscara que al parecer es de distinción.
          En algunos casos utilizan hasta improvisados lápices de cejas valiéndose del manganeso, elemento que les da brillo de grafito. Lo extraño es que incluyan barro marino, mezcla que contiene iodo, elemento de reconocidas propiedades medicinales, y rodajas de pepino, verdura famosa por la tersura que otorga a la piel.
          ¿Lo hacen instintivamente? Quién sabe. No faltan quienes hablan de copiar la fórmula de los hombres de la Melanesia.



Fuente: Suplemento La Razón. R.P. Ramos.
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