martes, 23 de octubre de 2012
SE COSECHA LO QUE SE SIEMBRA...
La naturaleza nos da infinitas lecciones.
Después de una tormenta por más que sea
un temporal terrible, siempre sale el sol...
Recordemos las sencillas palabras de San Pablo y que podemos comprobar sólo con salir al
jardín: cosechamos justo lo que sembramos. Es obvio que si plantamos semillas de tomates, no recogeremos maíz.
¿ Quién lo duda? Sin embargo, la mayoría de las personas espera recibir de la vida algo muy distinto de lo que siembra. Por citar dos ejemplos: el padre que exige respeto a sus hijos, más no se lo da en la misma medida, planta en ellos las semillas de la falta de respeto. Aquél que traiciona la confianza ajena, siembra desconfianza en los demás.
¿ Cómo espera recibir lo contrario? Tenemos que estar muy conscientes de que cada gesto y actitud es una semilla que germina y da frutos. Es una ley natural. Por lo tanto, " usémosla científicamente": sembremos sólo aquello que deseamos recibir: BUEN TRATO, AMABILIDAD, RESPETO, AMOR...
Antes de " explotar", decir palabras desagradables o hacer algo indebido, PENSEMOS:
¿Qué siembro con esta acción? Es un esfuerzo que recompensa con maravillosos frutos.
Fuente: Consuelo
Editorial Vanidades
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