Cuando el ser humano llegó
al estadio de " homo faber"
-fabricante o hacedor de cosas-
nació la primera artesanía,
¿Y qué objeto sería su primera obra?...
Una especie de punta de sílex, una forma todavía poco definida, pero que ya dejaba adivinar su tendencia y su utilidad, estrictamente práctica. La primera obra de arte manual del hombre fue, pues, un instrumento, sencillo y sumario, de defensa y de ataque. Después se preocupó, aunque fuese intuitivamente, de lograr cierto ajuste en el tallado de las facetas, y mantener una línea de equilibrio, de proporciones, de simetría.
Un día, el hombre" chellense o musteriense", como lo designan los antropólogos, encontró una suerte de placer en dar mejor forma a aquellos trozos de piedra; por cierto que sus manos poco tenían ya de las brutales y torpes garras iniciales. Paciencia y contracción al trabajo hacen lo demás, que brinda a aquella criatura desvalida y necia, en relación con otras especies, la suprema
dignidad manual que lo distinguirá - entre otras cosas -del mono, el castor que construye su vivienda con la cola; el hornero que lo hace con su pico.
Luego, las pinturas e inscripciones cavernarias mostrarán el resultado de millones de años de evolución; ya podemos hablar de arte al respecto. Pero lo primero fue la piedra tallada con otras piedras... Y dos manos... su maquinaria.
Fuente: Ricardo Peralta Ramos
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