Muchas veces nos alimentamos
a base de carnes, como si
otro alimento no cumpliera
la misma función....
La alimentación vegetariana, o sea un régimen que excluye la carne, es perfectamente
compatible con la buena salud, porque proporciona al organismo todos los elementos alimenticios
esenciales, tanto en cantidad como en calidad. Además, resulta científico y económico. Es menos tóxico y proporciona los mejores elementos para el crecimiento, desarrollo, bienestar y energía del
organismo en sus diferentes modalidades de actividad y de trabajo.
Hay dos sistemas de regímenes vegetarianos: el vegetariano puro, que excluye todo alimento que sea de origen animal, y el régimen " lacto-ovo-vegetariano", que a los alimentos vegetarianos añade leche y sus derivados y también los huevos. Este último es el más usado y más aconsejable.
El régimen lacto-ovo-vegetariano es el más cómodo, toda vez que la leche, los huevos, las
nueces, el maní, los cereales integrales, el poroto de soja y las demás leguminosas, proporcionan en
abundancia las proteínas de primera clase que necesita nuestro organismo. La leche y los huevos dan al individuo todo el calcio que le es indispensable.
Las verduras, las frutas, las hortalizas y los cereales, son las mejores fuentes para obtener
los otros principios alimenticios esenciales para la vida.
El régimen lacto-ovo-vegetariano tiene a su favor la opinión de las mejores autoridades
científicas en nutrición. El doctor H. C. Sherman dijo lo siguiente: " Ya quedó comprobado que una mezcla de las proteínas provenientes de diferentes alimentos, tiene mayor eficiencia que las de algunos otros alimentos cuando se ingieren solos, porque en esta forma se obtienen los aminoácidos en proporciones que se acercan más a las necesidades del organismo humano. Las
proteínas naturales de la leche, por ejemplo, son más completas que las de los cereales. Cuando se ingieren leche y cereales en proporciones apropiadas, sus proteínas se complementan unas con otras de tal forma que sus combinaciones resultan más eficaces para proporcionar los aminoácidos
que cuando se consume leche sola".
Por ejemplo,de la leche mezclada con avena resulta una combinación de alimentos, económica y aconsejable por su valor como fuente de proteínas de primera calidad.
La avena contiene un 14% de proteínas de buena calidad. Asociada a la leche, sus proteínas se completan y constituyen una combinación de aminoácidos que van a dar al organismo las dosis apropiadas de estos elementos esenciales, tan necesarios para la conservación de la salud.
Fuente: Dr. Irving Fisher
Universidad de Yale
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