miércoles, 17 de octubre de 2012

¿ QUÉ ES EL TIEMPO ?

" Nada más fácil que contar el tiempo;
nada más difícil que concebirlo en su
esencia"
              Balmes.

                                                                                                    


          La formación de cierta idea del tiempo aparece en el hombre -muy rudimentariamente, desde
luego- después de 3 años. El animal carece de todo sentido temporal; nuestras mascotas  viven al día sin saber que alguna vez han de irse para siempre de esta vida, y que cada instante es como si hubiesen nacido de nuevo. Ni las filosofías ni las ciencias " clásicas" aportaron definiciones del todo aceptables al respecto; más modernamente, matemáticos como Minkowski y físicos como
Einstein hicieron todavía más arduo el concepto: para el primero, el tiempo es una coordenada espacial, pero imaginaria; para el segundo, el espacio es abierto o cerrado, finito o infinito y el tiempo infinito.
          De Sitter complica más aún  el problema, afirmando que el tiempo es finito pero sin límites, como un círculo. Para Antonio Machado, solo el poeta dotado de intuiciones existenciales logra aproximarse a la verdad del tiempo. Si es así Jorge Luis Borges, podría ser considerado una de las máximas autoridades mundiales en la materia; a él se deben, notoriamente, algunos de los juegos y
travesuras con el tiempo más ingeniosos y hondos.
          Como el de disculpar, en cierto modo, todo crimen humano ante " esa otra daga, el tiempo".
Otro poeta ha dicho: " Nos hiere cada hora; nos mata la final". Y para Martín Fierro, concepto que admiraba Miguel de Unamuno, " el tiempo solo es tardanza / de lo que está por venir".
Henri Bergson, el más lírico de los filósofos, es quizá quien llegó más lejos y más profundo en este inasible terreno. Su teoría es puramente sicológica: la realidad toda - interna o externa - es duración, variedad y sucesión de cambios cualitativos que se penetran mutuamente. 
          Para comprender el cabal sentido de las cosas, entre ellas el tiempo, debemos traducirlas, no en términos de espacio, de extensión, sino de duración. Se trata de pensar la realidad como una evolución de momentos; como una melodía de minutos: cada uno de ellos contiene la resonancia de los anteriores y anuncia al próximo. De ahí surge un enriquecimiento siempre renovado, ajeno al 
espacio y al número.
          Claro que la teoría bergsoniana deja en pie la dramática verdad del célebre pasaje de San
Agustín: "¿ Qué es el tiempo? Si no me lo preguntan, lo sé;" si lo quiero explicar, no lo sé".
Intuición sensible y nada más, para unos; realidad independiente de nuestra conciencia, para otros,
ambos conceptos pueden conciliarse - a juicio del ya nombrado Balmes - diciendo que el orden intelectual puro se corresponde con la experiencia, y que el hombre se comunica con el mundo real sin por ello contradecir sus ideas...
Fuente: Ricardo P. Ramos
Suplemento La Razón.
                                                                                         
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