" Una mujer sin perfume,
no tiene porvenir"...
Asi lo sentenciaba la mítica
Cocó Chanel en el mismo momento
en que revolucionó el mundo
de las fragancias, con su famoso
perfume número cinco...
Cocó Chanel
Corría el año 1921 y, por primera vez, un perfume no se refería ni en su nombre ni en su esencia a una flor o un árbol determinado. Ese fue el comienzo de una carrera por la conquista de los gustos y pasiones de hombres y mujeres.
En verdad, la industria de los perfumes mueve miles de millones de pesos alrededor del mundo. Sin embargo, quienes se enfrentan a un vendedor de perfumes, para elegir nuestra fragancia favorita, nos guiamos por los sentidos más que por el bolsillo.
En realidad, los perfumes son una rara mezcla compuesta por la base, el corazón y las notas claves, que tienen que distinguirse separadamente y percibirse ni bien abrimos el frasco;
lograrlo es todo un arte.
En tanto, las segundas son la plenitud de la fragancia porque es nada menos que su corazón, por su esencia. Por último, las notas bases se dilatan en el aire y permanecen. Los jazmines y las rosas que muchas fragancias se enorgullecen de combinar suelen cultivarse en el sur de Francia, los cítricos preferidos son los que se obtienen en Italia, el ylang ylang es de
Madagascar y la flor de azahar de Túnez.
En realidad, es una rara mezcla de culturas para lograr esencias delicadas, misteriosas y llenas de glamour.
Fuente: Revista Mía.
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