MÉDICOS = PARA MENTES TRASTORNADAS

El psicoanálisis, la psiquiatría
y la psicología tratan los 
trastornos de la mente, 
pero no del mismo modo.
Según la causa del problema
su desarrollo y gravedad puede
ser más conveniente un especialista
u otro.


                                                                     

          El médico de familia es el que deriva con respecto a problemas mentales a los siguientes profesionales:
PSIQUIATRA: es un médico especialista, que estudia las enfermedades mentales identificables por alteraciones del humor: depresión, ansia, euforia, desorganizaciones de las capacidades cognitivas y perceptivas de la realidad, como ideas obsesivas, delirios, fobias, o alteraciones irreversibles de la capacidad intelectual de la persona.
          La metodología de la psiquiatría es tratar los síntomas, trastornos alimentarios y de conducta, con fármacos. Casi siempre recurre al importante apoyo de la terapia psicológica. 

PSICÓLOGO: No es un médico y no puede tratar con fármacos. La psicología intenta aclarar o determinar la manera en que se desarrollan los estados psíquicos. Estudia a la persona teniendo en cuenta quién es, dónde vive, en qué ambiente se mueve.
          La depresión del ama de casa, el estrés profesional, o un shock por una ruptura amorosa son casos de los que se puede ocupar un psicólogo. 
          Su fin es diagnosticar y tratar las desviaciones del comportamiento con el fin de favorecer la adaptación. Una de las vías de tratamiento es el diálogo periódico con el paciente.

PSICOANALISTA: Es el que emplea el psicoanálisis, un método que se utiliza dentro de la psicología. Estudia trastornos nerviosos o mentales.
          Puesto en práctica por Freud, consiste en hacer que el paciente retome los recuerdos, especialmente los de su infancia, ya que éstos suelen ser la causa probable de los síntomas neuróticos del presente.
          El psicoanalista actúa como oyente e intérprete, debido a que la mayor parte del trabajo la realiza el paciente. Como metodología  se emplea, por ejemplo, la asociación de ideas y el examen de los sueños.

RECUERDE: EL MÉDICO DE CONFIANZA ES EL QUE INDICARÁ A QUIEN ACUDIR.



Fuente: Revista Mía. Editorial Perfil SA
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