Expresión muy nuestra
que equivale a lanzarse
atropelladamente en procura
de algo.
Existen dos versiones acerca de su origen, ambas relacionadas con la guerra contra el indio.
La primera figura en la segunda parte de " Martín Fierro" y se refiere a las llamadas de humo que se hacían las tribus para combatir en malón: " Su señal es un humito -dice José Hernández- que se eleva muy arriba. /De todas partes se vienen/ a engrosar la comitiva (...) para formarla han salido/ de los últimos rincones.
La segunda versión la registra Lucio V. Mansilla quien en " Una excursión a los indios ranqueles" comenta : El fuego y el humo traicionan al hombre de las pampas. Una fogata mal apagada o la pólvora que quemaban los fusiles bastaban para que lanzas y boleadoras acudiesen a la humareda.
La frase se ha modernizado, pero conserva su sentido original. Ya sea cuando un humito apetitoso nos impulsa a atropellar en busca de una porción de asado o cuando un fallo dudoso en un partido de fútbol, hace que el malón de una hinchada, se vaya al humo contra el árbitro.
Fuente: Historias de las frases, revista Caras.
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