martes, 19 de febrero de 2013

" EL GAUCHO DE GENERAL MADARIAGA

Es uno de los bastiones del canto
sureño.
Compositor de más de 400 obras,
persiste recorriendo los escenarios
de cada rincón del país,
como un trovador que "dice"
nuestra identidad
en clave rural.

                                                              


          Argentino Luna nació en el invierno de 1941, iluminando el hogar de los campesinos Esperanza Castañares y Juan Lino Giménez, en los centenarios pagos de General Madariaga en la provincia de Buenos Aires.
          Su niñez transcurrió en una humildad apacible y feliz, en contacto con su paisaje rural de Madariaga. Luna definía así a su ciudad natal: 
" Tirado panza arriba, acariciando la pampa con mis manos "niñas" y bajo la celeste techumbre del cielo, me gastaba los días mirando el vuelo de los pájaros y escuchando el profundo silencio de la campiña bonaerense, el canto de los grillos, el grito de los teros, el mugir de las vacas, el relincho de los baguales y el torear de los perros, mis amigos primeros e inolvidables.  Así de simple y cristalina fue mi niñez", describen sus propias palabras, no sin poesía.
          Fue en aquella época temprana que escuchó los acordes de la primera guitarra, instrumento que emerge naturalmente en dicha geografía como un apéndice de la flora y fauna típicas. Siendo un adolescente, acompañó a su familia a trabajar en la localidad vecina de Villa Gesell, una ciudad que recién comenzaba a perfilarse como punto turístico y marcó un hito 
contrastante la presencia del mar en su vida dominada por el verde de la llanura.
          Muy joven aún, conoció a Ana María, la mujer de breve estadía terrenal que le dejaría a sus cuatro hijas. Pero el intenso vínculo con la guitarra llegó a Buenos Aires, adonde emigró con toda su prole. Allí comenzaría profesionalmente su carrera de poeta, compositor y cantor que luego recorrió los caminos del país y el extranjero con cálida recepción del público del país y del extranjero con cálida recepción del público.
           Esa transición hacia la popularidad, narrada por él mismo en su biografía, reza: " Así, gastando noches largas, pobre de monedas en el bolsillo pero rico en sueños, subí hasta el escenario del corazón del pueblo para integrar esta tropilla de cantores populares, a muchos de los cuales había escuchado por la radio en mis tiempos de niño".
           Argentino Luna, " El gaucho de General Madariaga" o " El negro" Luna, como se lo apoda según el grado de confianza, canta lo que vive. Lo que constata como un hombre más entre otros hombres; y tanto aborda el amor y las tradiciones campestres como la esfera social y sus temas críticos, por lo cual ha llegado a autodefinirse como un cantor testimonial.
          Autor de obras que ya forman parte del cancionero clásico del folclore, como : " Zamba para decir adiós", la popular milonga-candombe.  " Mire qué lindo es mi país, paisano" y 
" Desde el recuerdo te canto," entre otras de sus oiezas selectas, también es elegido en el repertorio de voces consagradas.
           Evidentemente, este paisano de General Madariaga ha hecho camino al andar. Pero siempre priorizando el suelo con todo lo que en él germine, desde la pasión al desencanto. Mientras lo propio y lo ajeno contribuyan a la difusión de un amor genuino por las pertenencias telúricas, es posible que se escuche la " voz de luna"

Fuente: NPA/ editorial @ikonsa.com.

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