Las composiciones musicales
de Robert Schumann, las pinturas
de Vincent Van Gogh y los libros
de Guy de Maupassant,
son muestras de que el talento
no siempre se ve afectado
por las alteraciones
psíquicas.
Robert Schumann Vincent V. Gogh Guy Maupassant
Los tres de alguna forma, encontraron en su enfermedad un estímulo para seguir expresándose a través del arte. De algún modo, la pasión de estos artistas por su actividad se convirtió en una fuerza capaz de sostener la imaginación creativa por encima de enfermedades que, en muchos casos, anulan notablemente a sus víctimas. Si bien terminaron sus vidas suicidándose o a causa de enfermedades irreversibles en su época, dejaron en sus obras imágenes, sonidos y palabras que hoy son admiradas debido a su atractivo artístico.
En el caso de Schumann, su vida se caracterizó por numerosos vaivenes tanto emocionales como en el aspecto profesional. Mientras se dedicaba al estudio del piano, intentó una serie de experimentos para obtener una mayor independencia de los dedos. El resultado final de estos intentos fue una parálisis en el dedo medio que lo obligó a abandonar el piano. Se dedicó a la composición musical y su obra se vio influenciada por el fracaso de su carrera como pianista.
La vida de V. V. Gogh, no fue menos complicada. Su afección mental le producía alucinaciones y ataques que podían durar varios días, eran crisis de epilepsia caracterizadas por la agitación y el furor. Además, las alucinaciones auditivas y visuales que según sus actitudes les provocaban gran terror, iban acompañadas de amnesia parcial. Durante los momentos de lucidez, se dedicaba a sus cuadros, de los cuales sólo vendió uno estando en vida.
El temperamento y la personalidad de Guy Maupassant lo llevaron desde muy joven a expresar lo fantástico y misterioso de su imaginación a través de las palabras. El autor fue uno de los preferidos de su tiempo, pero una marcada adicción al alcohol y el sexo lo llevó a descubrir rápidamente la parte oscura de su destino. La sífilis le hizo perder la vista y luego la razón. Antes de morir, a los 43 años, tuvo que enfrentar la parálisis y la demencia propias de una enfermedad que en esos días era incurable. Sin embargo, en sus obras dejó frases tan insólitas como geniales y perversas, ruto de un talento en este caso enriquecido por la enfermedad.
Muchas circunstancias pueden provocar daños cerebrales en personas adultas y en algunos casos las consecuencias de estos son irreversibles. Esto es especialmente destacable en algunos artistas que, luego de sufrir accidentes cerebrales, pudieron continuar con sus creaciones, en muchos casos sin disminución de su calidad. Genios en su arte y a su modo.
Fuente: R. G. Perez / para revista Enigmas.
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