de persona importante,
y sin mayor razón
exige que se la admire
y se la acate, suele
afirmarse que ese
individuo tiene demasiadas
ínfulas
En la antigua Roma las ínfulas consistían en un tocado formado por bandas de tejido blanco y rojo que envolvían la cabeza y se prolongaban en 2 tiras hasta los hombros. Las llevaban las sacerdotisas y las vestales.
En las ocasiones solemnes se adornaban los templos con esas mismas bandas de lana. Las ínfulas blancas colgaban de la puerta en la mañana de la boda, y cuando un personaje importante llegaba en barco, hacían las veces de "gallardetes" en los mástiles del barco que lo conducía.
Ese valor ceremonial quedó asociado con la idea de jerarquía digna del mayor respeto. De allí pasó a connotar " orgullo" y "vanidad". La prenda está hoy fuera de uso. Pero de ella ha quedado la frase: " Tener ínfulas" o " darse ínfulas"
Dicha frase expresa el despliegue de una fuerte pilladura con voluntad de mando. Parece una egolatría aquejada de inflación.
Fuente: Revista "Caras" sección " Historia de las Frases".
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