El nacimiento de un ser único y
extraordinario como JESÚS estuvo
signado por otro acontecimiento,
también único y extraordinario:
una gran conjunción de planetas de
especial constitución.
El mismo día de la llegada del Mesías se produjo una extraña alineación de cinco de los siete planetas conocidos en ese momento. Este fenómeno celeste había sido anunciado muchos siglos antes por los primeros astrólogos, quienes también habrían vaticinado la llegada de ese Ser que partió en dos la historia y cambió el rumbo de gran parte de la humanidad.
Documentos históricos y profecías se refieren a este hecho, ratificado en la actualidad por gran cantidad de estudiosos de la astrología moderna.
Los fragmentos evangélicos dedicados al nacimiento del Hijo de Dios, mencionan la presencia de la estrella de Belén, tantas veces representada en pinturas y motivos alegóricos. En los textos bíblicos se la menciona con la palabra latina " stella" que significa indistintamente
" estrella, grupo de estrellas, constelación, planeta y grupo de estrellas." Definiciones que en términos astrológicos se denominan " gran conjunción o estellium".
A partir de este dato, muchos astrólogos contemporáneos retomaron el estudio sobre la configuración planetaria que signó el nacimiento de Cristo, tomando como base los escritos de los profetas y evaluando qué posibilidades tuvieron sus colegas de hace más de 2000 años de vaticinar este acontecimiento.
Varios historiadores romanos fijaron la fecha de la Natividad en el año 754 de la fundación de Roma, pero se trata de un dato inexacto porque Herodes, quien ordenó la matanza de niños de la que Jesús salió ileso, murió en el 750.
Tal como lo indica la historia moderna, la muerte de Herodes se produjo en el año 4 antes de nuestra era, y su orden de matar a los niños fue impartida por medio de un edicto de empadronamiento promulgado en el año 8, obligando a José y María a desplazarse hasta Belén.
El nacimiento de Jesús se produjo, entonces, ese año o un año después, ya que las dimensiones del Imperio Romano obligaban a que los edictos se difundieran durante doce meses para llegar a ser conocidos por toda la población. De este modo, nos situaríamos en el año 7a.C: justamente, cuando se produjo " la gran conjunción". Cristo habría nacido, entonces, el 1 de marzo del año 7, siendo de piscis.
Sin embargo, en el siglo IV, el Papa Julio I designó como fecha de la natividad el 25 de Diciembre, tratando de poner fin a repetidas controversias desatadas en siglos anteriores y que provocaron que se barajaran nada menos que 140 fechas posibles para este acontecimiento. Se eligió esa fecha porque coincidía con la festividad pagana , la del dios Baco, para permitir a los cristianos que se dedicaran a sus cultos, sin temor de ser molestados o censurados por sus perseguidores romanos,
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