viernes, 16 de noviembre de 2012

EL VIENTO QUE NOS CONVIENE

Hace tiempo que el mundo comenzó
a tomar conciencia sobre la importancia
de ahorrar energía o buscar fuentes alternativas.

                                                                                                        

          Mucho tuvo que ver en esto la crisis energética de los años 70, que ocasionó un abrupto  encarecimiento del petróleo y, por consecuencia, de sus derivados, provocando que aquellos países que tenían una importante dependencia de la importación de esos productos para la satisfacción de sus necesidades energéticas, buscarán soluciones alternativas a los grandes desequilibrios económicos que esta situación les creaba.
          Así se empezó a pensar seriamente en la utilización de las energías no convencionales, apareciendo entonces la eólica. Para tal fin se realizaron nuevos estudios que llevaron a una importante mejora de las tecnologías de aprovechamiento, con equipos conversores de energía eléctrica cada vez más confiables y potentes.
          Actualmente marchan a la cabeza de esta tendencia países como Estados Unidos, Dinamarca, Alemania, Holanda, España y otros que crecientemente se van incorporando. En términos generales no se requieren grandes velocidades de viento para producir energía. Más bien al contrario, porque cuando las ráfagas son demasiado intensas se hace necesario detener los equipos para evitar su deterioro.
          En la mayoría de los casos, un equipo comienza a generar energía con una velocidad del viento de 4 metros por segundo ( m/s), equivalente a unos 15 km/h.  Entrega su potencia máxima cuando la velocidad es del orden de los 12 a 15 m/s ( 43 a 54 km/h) y es necesario sacarla de servicio cuando alcanza 25 m/s ( 90 km/h).
          La energía eólica resulta inagotable, no contamina, es gratuita y se puede aprovechar en la medida de las necesidades del momento. En contrapartida, como puntos negativos debe señalarse que se encuentra dispersa y es intermitente y aleatoria, es decir, no continua.
          " Si igualáramos las condiciones, si subsidiáramos todas las formas de energía o bien no subsidiáramos ninguna, la energía eólica sería absolutamente compatible y podría competir adecuadamente con el resto".

Fuente: Ingeniero Erico Spinadel
Para revista Familia Cooperativa

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