conocimiento, no es admiración.
Es un desafío, un fuego que arde
sin que podamos verlo.
Cierto día, una anciana estaba en el bulevar de la avenida Atlántica con una guitarra y un letrero escrito a mano: " Vamos a cantar juntos". Empezó a tocar sola. Después llegaron un borracho y otra anciana y se pusieron a cantar con ella.
En poco tiempo había una pequeña multitud cantando, y otra pequeña multitud que hacía el papel de auditorio, aplaudiendo al final de cada canción.
"¿ Por qué hace esto?", le pregunté, entre una canción y otra.
" Para no estar sola -dijo-. Mi vida es muy solitaria, como la vida de casi todos los viejos."
Ojalá todos resolviésemos nuestros problemas así, alentando a otros, ayudando a enfermos solos en hospitales, o nuestros vecinos ancianos, olvidados por sus familiares o quizás por no tener a alguien a su lado.
" El amor es un fuego, que arde sin que podamos verlo".
Fuente: Del libro cuyo autor es Paulo Coelho, " Once minutos".
Del suplemento La Nación
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