domingo, 20 de enero de 2013

¡ OJO POR OJO! ¡ DIENTE POR DIENTE!

Esta frase, que consagra
la venganza como procedimiento 
jurídico, figura en dos de los 282 artículos
del código sancionado por Hamurabi (1792-1750),
que fue el fundador del Imperio Babilónico.

                                                                       

               Cuantas veces escuchamos esta popular frase. La menciona también el Antiguo Testamento al referirse a los actos de violencia. " Quien cometiere el delito", dice el texto bíblico,  
" Pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida y golpe por golpe".
               Cuando el agredido prefería que se lo compensara con dinero, tenía derecho a una suma, fijada de antemano de acuerdo con la gravedad del daño. Así, según la "ley del Talión" del derecho romano, quien recibía una cachetada podía canjear ese golpe por un monto equivalente a 100 dólares de hoy .
               El dicho, con frecuencia abreviado como ojo por ojo, no pasa en la actualidad de un modo de hablar. Es un desahogo para el rencor. Y prueba que la idea de devolver mal por mal es siempre tentadora.
               Pero convengamos que, ningún código moderno autoriza a sacarle los dientes a su ofensor o dejarlo tuerto. Para eso está la Justicia.

Fuente: Historia de las frases/ revista Caras
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