suele decirse para elogiar las
dotes musicales de alguien que
canta bien.
Esta comparación pone de relieve
uno de los rasgos más característicos
de esta típica ave argentina: la calidad
de su hermoso canto.
Es muy común ver a las calandrias en invierno y en primavera y oír su hermoso canto. Aunque las hembras cantan, los machos son mejores cantores. El canto se efectúa normalmente de día ya que en general esta especie es de hábitos diurnos.
Durante las horas nocturnas, la actividad de las calandrias mengua y buscan albergue para dormir en árboles y arbustos de follaje espeso agrupándose en parejas y a veces, según observaciones, en grupos familiares.
Desde su apostadero en la copa de los árboles, es frecuente, que la calandria efectúe rápidos ascensos al tiempo que emite sus gorjeos, para caer con su punto de partida. Los vuelos de estos pájaros son bajos, recorriendo corta distancia; en general pasan de un árbol a otro mientras describen suaves curvas.
También es usual ver a las calandrias sobre el suelo efectuando rápidas carreras con las alas caídas, la cola alzada y la cabeza elevada que realiza lentos movimientos laterales. Las calandrias comunes, según estudios realizados sobre ejemplares adultos, anillados en sus patas, no permitió detectar ninguna migración.
La calandria inverna en los territorios que utiliza durante la temporada de incubación. Esta ave ayuda al equilibrio de la naturaleza, y a su vez, sus propias poblaciones son reguladas por diversos depredadores y el mencionado parasitismo del Tordo renegrido que al destruir buena parte de los huevos para asegurar la permanencia de los suyos limita el número de ejemplares de calandrias nacidos en cada puesta.
Fuente: Wikipedia, Google.
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