lunes, 9 de septiembre de 2013

AMA AL MAESTRO

Sarmiento atacó la ignorancia
predicando la cultura y
enseñando él personalmente.
Fue periodista como complemento
del maestro, para extender
su labor docente, para agrandar
su escuela, para divulgar.
Y también para combatir
el analfabetismo.


                                                                  


          Ama al maestro que te enseña. Enseñar es crear ante todo la atmósfera del amor, y a él se llega, antes por las vías cordiales que por la inteligencia.
          Ama al maestro en cuyos labios la fuerza se humilla y la humildad se exalta.
Hay un sentido recóndito en ese renunciamiento, que acaso no llegues a comprender ahora, pero que te será revelado apenas se aquieten los rumores en tu corazón.
          Ama al maestro que labra en la tierra anochecida.
          Hay horas amargas en la vida de los maestros. Que no seas tú el que las acreciente. Torna tranquilo tu mirar y apacigua tu voz para que pueda alzarse la gratitud en ondas de fragancia.
          Si le amas, la mano del maestro se adentrará en tu corazón como en un campo de azucenas celestes, y la luz brotará de cada una de esas flores estremecidas.


Fuente: Adolfina R. Risolía, del libro "Grano cernido". Profesora argentina contemporánea.
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