El hombre sabio cambia
de opinión, solamente el
necio persiste en su testarudez.
El procedimiento más seguro de hacernos agradable la vida es hacerla agradable a los demás. Porque hay en nosotros un espacio interior donde la materia de nuestra vida física se agita. Así, una tristeza es un lago muerto dentro nuestro, y una alegría un día de sol en nuestro espíritu.
Lo que dice el existencialista es que el cobarde se hace cobarde; el héroe se hace héroe; hay siempre para el cobarde una posibilidad de no ser cobarde y para el héroe la de dejar de ser héroe.
Se halla el hombre tan obsesionado por la eternidad, que no encuentra cara la inmortalidad, aunque fuese a costa del infierno.
Al nacer el hombre escoge uno de los tres caminos de la vida, y no hay otros; va hacia la derecha y los lobos lo comen, va hacia la izquierda y el hombre se come a los lobos, pero si el hombre sigue derecho, se comerá a él mismo.
La constancia no consiste en hacer siempre las mismas cosas, sino las que tienden a un mismo fin. La constancia no está en empezar, sino en perseverar. La honradez y la hombría de bien no necesitan de parabienes. Para alcanzar una fecunda vida, es menester vivirla despacio.
Fuente: Autores varios. Revista Caras.
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