miércoles, 5 de marzo de 2014

AVARICIA, EL DESEO DE POSEER RIQUEZAS PARA ATESORARLAS

La avaricia es el afán
desordenado y excesivo de
acumular riquezas.
La codicia, por su parte, es el
afán excesivo de riquezas,
sin necesidad de querer
atesorarlas...


                                                                                     


          La codicia o avaricia se consideran pecados capitales, y como tal, en cualquier sociedad y época, ha sido demostrada como un vicio. En efecto, al tratarse de un deseo que sobrepasa los límites de lo ordinario o lícito, se califica con este sustantivo actitudes peyorativas en lo referente a las riquezas.
          La codicia es un término que describe muchos ejemplos de pecados. Estos incluyen:
deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, estafa y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad, son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia.
          Tales actos pueden incluir la simonía ( en el cristianismo del pasado, se compraban o se vendían cargos eclesiásticos, reliquias, promesas de oración, etcétera, por medio de bienes materiales), que el papa Gregorio VII acabó con ellos.
          Los budistas creen que la codicia o avaricia, está basada en una errada conexión material con la felicidad. Esto es causado por una perspectiva que exagera los aspectos de un objeto. En el libro "Hechos de los Apóstoles", un personaje avaro llamado Simón el mago, quien quiso comprarle al apóstol Simón Pedro, su poder para hacer milagros y conferir con ellos, el poder del Espíritu Santo, lo que le supuso la reprobación del apóstol Simón Pedro: "que tu dinero desaparezca contigo, dado que has creído que el don de Dios se adquiere a precio de oro". De este relato deriva la palabra simonía.



Fuente: Wikipedia, Google.
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