Más lejos que Júpiter,
a una distancia del sol
casi doble de la de aquél,
se encuentra el planeta Saturno.
Y su año dura casi
treinta veces al año de
la tierra.
Saturno se distancia del sol unos 1440 millones de kilómetros. Sus dimensiones son pocos menores que las de Júpiter, pues tiene un diámetro de más de 115 mil kilómetros. Su forma, como la de este último planeta, es muy achatada, obedeciendo a las mismas causas.
La materia de que se compone dista mucho de ser rígida, siendo su día de 10 horas, de suerte, que si pudiesen vivir humanos en Saturno, y alcanzaran la misma edad que nosotros, serían tan viejos a los tres años como nosotros lo somos a los 90.
Al igual que Júpiter, Saturno es sumamente ligero y su temperatura muy elevada. Es probable que lo que vemos de él no sea sino la envoltura de gases calientes que constituyen su atmósfera, del mismo modo que lo que vemos del Sol es únicamente una atmósfera de gases incandescentes, sin que nuestra vista pueda penetrar más allá.
Es Saturno el menos denso de todos los planetas, pues su densidad es inferior a la de la tierra y hasta a la del agua, pero es tal su volumen, que con todo y con ser tan poca su densidad, pesa 80 veces más que nuestro planeta Tierra.
Saturno tiene 9 lunas, y tal vez algunas más que aún no han podido verlas. La novena tiene se mueve de un modo muy peculiar y también tiene una formación diferente. Pero lo más notable de Saturno son sus anillos, que no se parecen a nada de lo que vemos en el cielo.
Fue Galileo el primero en observarlos, no llegando, sin embargo, a conocerse su composición hasta mucho tiempo después. Estos anillos proyectan su sombra sobre Saturno, lo que demuestra que la superficie del planeta está iluminada principalmente por la luz del Sol.
Fuente: Enciclopedia de conocimientos.
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