Una adecuada nutrición es fundamental
en la infancia, en la cual
la vida humana es caracterizada por el
crecimiento y el desarrollo...
Pero la nutrición infantil está sometida a determinados factores que la condicionan, algunos fijos como la genética del chico, y otros dinámicos, tal el caso de los aspectos sociales, culturales y económicos. Cuando se altera el conjunto armónico de estos factores, nos encontramos frente a situaciones de nutrición, que en su gran mayoría surgen como consecuencia de la pobreza extrema y la mínima capacidad familiar de satisfacer las necesidades básicas de cada integrante.
La desnutrición infantil no se circunscribe solamente a la falta de alimentos, sino que desata un conflicto social más complejo generador de verdaderos estragos en la sociedad, debido a las alteraciones metabólicas y estructurales que sufren los niños. Al respecto, hay que tener en cuenta que el cerebro es el órgano que crece con mayor rapidez en los primeros meses, ya que pesa 350 gramos al nacer y llega a los catorce meses de vida a los 900 gramos, es decir el 80% del peso que alcanza en un adulto.
Por lo tanto, la insuficiente nutrición en ese período influye decididamente en detener tal crecimiento y por ende en la conformación del sistema nervioso central, dañando las posibilidades que el individuo tendrá durante toda su vida. Los efectos devastadores causan en primera instancia peso insuficiente y aparición de enfermedades diarreicas, deshidratación, infecciones, depresión de la inmunidad, trastornos hematológicos, renales y cardiorrespiratorios, posteriormente, se reflejará en el déficit de talla y en la disminución del coeficiente intelectual.
Fuente: Doctor Abel Pascual Albino. Director de la Fundación CONIN ( cooperadora para la nutrición infantil) Revista Familia Cooperativa.
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