sábado, 19 de octubre de 2013

UN RINCÓN PARA EL TANGO: HOY " ROSITA QUIROGA"

Fue la primera cantora
heredera directa de los primitivos
payadores.
El suyo es un caso
único en la historia de la
mujer en el Tango.


                                                                                          


          Ninguna se expresó como ella, cantaba con la misma cadencia y el mismo "dejo" con el que hablaba, fue el prototipo femenino, irrepetible, de lo arrabalero. Interpretaba naturalmente, como le salía, y pulsaba la guitarra por tonos, tal como le enseñara Juan de Dios Filiberto, su vecino en el barrio de la Boca.
          Hablaba intercalando palabras lunfardas y vulgares, con un ritmo canyengue, tal como lo  habría escuchado de los hombres de su casa, laburantes del puerto y carreros. Lo hacía ceceando y su voz no era potente pero generaba un clima intimista como si cantara para si misma. Este estilo la acompañó hasta su muerte a pesar de que ya había superado la pobreza y temía una posición económica muy acomodada.
          El periodista Jorge Göttling la llamó "La Piaf del Arrabal Porteño". Apareció en el momento preciso y fue distinta a todas. El éxito le llegó rápidamente, fue hija dilecta de la Compañía Victor a la cual le fue fiel en toda su carrera.
          Comenzó a grabar en 1923, el primer registro fue un estilo titulado "Siempre Criolla". Su primer tango fue " La Tipa", del guitarrista Enrique Maciel y letra de Enrique Pedro Maroni. En marzo de 1926 grabó "La Musa Mistonga" de Antonio Polito y Celedonio Flores. Tuvo continuidad hasta el 10 de febrero de 1931, dejando 4 grabaciones ese año y luego se retiró del canto, sólo apareciendo esporádicamente en radio.
          Grabó con Agustín Magaldi algunos tangos, cuando nadie lo conocía, en la misma compañía grabadora. El poeta Celedonio Flores escribió solamente para ella, creando 24 temas, entre los cuales se destacan "Muchacho", "Beba", "Audacia", "Carta Brava" y "Contundencia".
          En 1970 viajó a Osaka, Japón por una invitación de los componentes de una peña tanguera que lleva su nombre. Casi siempre fue acompañada por guitarristas, pero en sus comienzos también la acompañó la orquesta de Carlos Vicente Geroni Flores, Antonio Scatasso, Eduardo "Chon" Pereyra, manuel Buzón y otras, todas pertenecientes al sello Victor.
          Rosita Quiroga es la más genuina representante del Tango arrabalero, hoy una leyenda de la más rancia estirpe porteña, para muchos la más grande, y que es venerada por todos los que aman este paradigma genial llamado "Tango".


Fuente: Todo tango. com
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