latín procrastinare: pro < adelante>
crastinus <referente al futuro>
Postergación o posposición es la
acción o hábito de retrasar las
actividades o situaciones que
deben atenderse, sustituyéndolas
por otras más irrelevantes o
agradables...
Demasiadas ocupaciones, poco tiempo, demandas que crecen, horas que parecen cortas, tareas múltiples... Con este panorama no parece difícil concluir que a veces quede algo pendiente. El problema aparece cuando los pedientes se acumulan o cuando aplaza aquellas tareas que podrían dar un sentido más placentero a la cotidianeidad o que resultan importantes para mejorar su calidad de vida.
Se trata de un comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso), o intelectual.
El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente sin tener una fuerza de voluntad para concluirla. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro sine die idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente.
También puede ser un síntoma de algún trastorno psicológico, como depresión o trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
ANTE LA MENOR DUDA CONSULTE CON SU MÉDICO DE CONFIANZA
Fuente: Wikipedia, Google*
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