infecciosa, producida por un
virus y que afecta tanto a perros
como a gatos, pero que también
se transmite a otros animales
domésticos como vacas, ovejas,
cabras, cerdos y caballos, como
también muchas especies silvestres...
La rabia se conoce también con los nombres de hidrofobia o Lisa. Es de distribución mundial y se presenta en todos los continentes, excepto Oceanía, aunque en la actualidad existen varios países que están declarados libres de la infección como Chile y Uruguay, los únicos de Sudamérica que tienen estatus sanitario.
Puede contagiar al humano si toca la saliva del animal o recibe un rasguño si está infectado con el virus. Los murciélagos son transmisores de esta enfermedad y pueden morder a los animales que estén sin resguardo. La rabia se manifiesta de dos formas: furiosa o paralítica. La furiosa es con ladridos roncos en el caso del perro, miradas desencajadas con pupilas dilatadas, pelos erizados en el lomo, excitación y una agresividad marcada.
Deambula de un lado para el otro con agresividad marcada, dificultad para tragar su saliva espumosa, y a medida que avanzan los daños cerebrales, se acentúa la dificultad en su marcha, hasta que finalmente se le paraliza todo su cuerpo y muere. El abandono de mascotas en la vía pública que realizan algunas personas desaprensivas es una CONDUCTA REPUDIABLE, que además de demostrar insensibilidad humana, aumenta los riesgos sanitarios de transmisión de distintas enfermedades infecciosas y zoonólicas, entre ellas, la RABIA.
Fuente: Merial Argentina (SANOFI COMPANY)
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