aromática, que crece en zonas
serranas o montañosas, estimada
desde tiempos antiguos por su
aroma, el que contiene y es uno
de sus principios activos...
La planta o la flor de la lavanda, se utiliza en perfumería, en la casa para aromatizar ropas y muebles, o para sahumerios. Es muy eficiente contra las polillas. Para uso interno, tiene además propiedades medicinales como estimulante del sistema nervioso central, tónico cardíaco, para eliminar estados de angustia, depresión e irritabilidad.
Posee asimismo, propiedades antiespamódicas, es descongestivo del hígado y el bazo. Evita la ictericia y se la recomienda contra el asma, los mareos, las jaquecas y las neuralgias. También se la recomienda contra las fermentaciones y flatulencias del estómago.
También se la conoce por sus efectos como sedante, diurético, hipotensor, antiséptico, cicatrizante, antireumático, antiinflamatorio, entre otros.
El nombre científico es Lavándula Angustifolia, pero es más conocida como Lavanda o Espliego. Su origen es de la región mediterránea y llega a una altura de hasta 1 metro. Sus tallos leñosos y retorcidos con brotes verdes de 0,50 a 0,70 cm de longitud. Las hojas son largas y estrechas y cubiertas de pelusa.
Florece en verano, llenándose de pequeñas y aromáticas flores de color celeste-lila agrupadas en espigas de hasta 0,15 cm de largo. Con sus flores podemos colocarlas en unas bolsitas de tela para colocarlas debajo de la almohada y así ayudar a reconciliar el sueño o para relajarnos en estados de ansiedad.
Es apta para cultivarla en macetas o jardineras. Esta planta necesita de mucho sol y crece mucho mejor con una abundante luz, el riego debe ser escaso, más bien se desarrolla en suelos calcáreos, arenosos y secos y se debe podar una vez al año para darle la forma redondeada.
Fuente: InfoJardín.com y Plantas para la salud. Revista Buenas Ideas.
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