Las fiestas de Navidad y Año Nuevo,
pueden generar para algunos, una
inmensa alegría y para otros una gran
tristeza.
Cuando unos disfrutan, otros se deprimen...
Pero para todo hay una solución:
sólo es cuestión de poner en práctica
ciertos consejos...
El malestar de muchas personas cuando se acercan los festejos de Navidad o Año Nuevo, comentan que si fuera posible, se acostarían el 23 de diciembre y se levantarían el 2 de enero. Por supuesto, después que pasaron los festejos.
Las fiestas son una época poco deseada para muchas personas debido a los recuerdos y emociones que se asocian con situaciones de pérdida. Existen varias razones: la muerte de seres queridos, rupturas de pareja, problemas económicos, distanciamiento de amigos o familiares y frustraciones personales.
¿Existe la depresión por las fiestas? Sí, tiene que ver con una alteración en el estado del ánimo, que se va agravando a medida que se aproximan las fiestas y continúa después que pasaron. Los síntomas más frecuentes son angustia intensa, ansiedad, pérdida del interés por el exterior, sensación de que la vida no tiene sentido vivirla, alteraciones en el sueño, mala digestión y hasta síntomas de enfermedades sin estar enfermo.
Estos síntomas es frecuente en personas adultas y solas o que están alejadas de su familia o amistades. Para que esto no suceda, hay unos pequeños consejos que pueden ayudar en estos casos:
Prevención: Si usted que padece estos sentimientos encontrados, el efecto perturbador que le generan las fiestas de Navidad o Año Nuevo, trate de tomar con tiempo, recaudos para protegerse, como por ejemplo acudir a un psicólogo que le ayudará mucho a enfrentar su problema.
Pérdida de seres queridos: Esos seres queridos que ya no están entre nosotros "físicamente", hay que pensar que están de otra manera; Se debe tener en cuenta de vivir los recuerdos lindos, graciosos y vivencias que hemos compartido. Esto significa que uno renuncia a lo físico, para quedarse en lo imaginario.
Expectativas: Es importante que las personas le puedan dar el sentido que realmente tienen el 24 y el 31, para no generar grandes expectativas que son las que van a provocar el estado de sufrimiento.
Balance: Trate de poner el énfasis en todo lo positivo que ha vivido, el objetivo es que el balance le dé positivo, para que pueda lograr un estado de mayor bienestar.
Evitar el aislamiento: Estar solo potencia la angustia y los estados depresivos, por eso es importante poder planificar con quien uno va a pasar las Fiestas, ya que al estar acompañados se atenúa el malestar.
Predisposición: Si uno reniega sobre lo que igual va a suceder lo único que logra es aumentar el malestar, pero no logra que las Fiestas no ocurran, por lo tanto lo más saludable es poner el énfasis en lo Positivo.
Fuente: Revista Mía. Asesora: Psicólogo Santiago Gómez
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