lunes, 27 de enero de 2014

CUERPO SANO MEDIANTE LA HIDRATACIÓN

Beber la suficiente cantidad
de líquidos es necesario para 
mantener una buena salud en general,
y también, para conservar el buen
aspecto de la piel, y que ésta pueda
cumplir sus funciones de protección.


                                                                                     


          Durante los meses de primavera y verano, las personas suelen pasar más tiempo al sol y realizar más actividad física al aire libre. Así, la piel está más expuesta a las radiaciones ultravioleta y aumenta la sudoración. Esto puede hacer que se deshidrate.
          La piel es el órgano más externo del cuerpo, el que controla la pérdida de agua y sales minerales, regula la temperatura y protege al organismo frente a agresiones externas. Además, la piel constituye una defensa frente a agentes patógenos, y contribuye a evitar el desarrollo de procesos infecciosos y alérgicos.
         Para desarrollar todas las funciones la piel necesita mantener una correcta hidratación. De hecho, está formada en un 70% de agua, lo que supone entre un 25 y un 35% del total de la que hay en el organismo. Pero estos niveles hídricos se pierden fácilmente. Sin líquido suficiente disminuye la capacidad de protección de la piel, no se eliminan toxinas correctamente y se producen diversas alteraciones en el correcto funcionamiento corporal.
          Tenga en cuenta lo siguiente: evite pérdidas excesivas de líquidos y no pasar largos períodos sin ingerir agua, jugos naturales de fruta, yogures líquidos o aguas saborizadas. Beber aunque no tenga sed, ya que esta sensación aparece cuando existe cierto grado de deshidratación. Seguir una alimentación equilibrada y variada, rica en frutas y verduras, ya que tienen un alto contenido de agua.
          No tomar sol en las horas de mayor intensidad entre las 11 y las 16 horas y usar protector solar con filtro ultravioleta. De este modo se evitarán los daños de la radiación  solar en la piel. La actividad física implica una gran pérdida de agua a través del sudor. Por eso es importante hidratarse antes, durante y después de practicarlo.
          Por último, evite beber alcohol, porque aumenta la temperatura corporal y el riesgo de deshidratación. Además, puede tener un efecto diurético que hace que expulsemos más líquidos de lo que tomamos. Por eso es frecuente que a la mañana siguiente después de haber bebido alcohol, se tiene  la sensación de mucha sed. Esta sensación alerta que perdió líquidos el cuerpo y hay un alto grado de deshidratación.



Fuente: Revista Saber Vivir.
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