viernes, 6 de septiembre de 2013

CASAS EMBRUJADAS

En el año 1993, en la localidad
de General Madariaga, Argentina,
en una casa de familia, los aparadores
se abren y se cierran, sin que nadie lo
haga.
Vuelan los vestidos por las habitaciones,
y en cierta oportunidad que se encontraba
un policía, recibió el golpe de una escoba
que literalmente, voló por el aire como
si alguien la hubiera empujado.
Muchos vecinos de esta familia
fueron testigos de estos casos
extraños.

                                                                                                     


          El caso descrito es uno entre los miles que registra la crónica diaria. Pero, en realidad, el tema se remonta a la antigüedad. Entonces, las personas capaces de producir esta clase de fenómenos (magos, brujos, sacerdotisas) tenían un estatus especial dentro de la sociedad: convocaban lluvias, descifraban  sueños y adivinaban el futuro.
          Más adelante, estos personajes con poderes perdieron crédito y comenzaron a ser considerados embaucadores profesionales tolerados, en todo caso, para entretener a la gente en ferias y circos. En la época del triunfo de la razón sobre lo sobrenatural surgió la metapsíquica, disciplina que después sería conocida como parapsicología. Su objetivo era el estudio de los fenómenos paranormales.
          Durante el siglo diecinueve se produjeron varios choques entre lo sobrenatural y la ciencia. Muchas veces ésta quedó desconcertada. Por eso buena parte de la comunidad científica rechaza a la parapsicología o, a lo sumo, la admite a regañadientes como una molesta curiosidad.




Fuente: Alberto Giudice por Jorge C. Fritzsch. Revista Nueva.
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