entre amigas o amigos, ya sean
niños o jóvenes, que se juntan
en la casa de uno de ellos, que
es el anfitrión, pero, a veces es
necesario, seguir ciertas reglas
para que la noche no sea un caos...
Se reúnen durante la noche para compartir charlas, música, juegos, películas y en donde no debe faltar una play station. Cargados de bolsas de dormir o colchonetas, cepillos de dientes y los pijamas o camisones, para la diversión nocturna.
Para que un pijama party no sea un caos, se debe cumplir con ciertas reglas: en primer lugar, los padres anfitriones son los que dan permiso para la reunión. Se debe elegir un cierto número de invitados o invitadas. El lugar para cenar, será el comedor y no la cama. Aclarar el horario de apagar la luz, y no pasar la noche en vela. El tipo de actividades a realizar, por ejemplo, no jugar al fútbol en el caso de los varones, dentro de la casa. Los padres darán permiso o no, para la típica guerra de almohadas. También se hablará de antemano, sobre el horario de levantarse, desayunar y para que se retiren los invitados.
En el caso que los anfitriones no estén de acuerdo con las reglas ya mencionadas, se explicará que el permiso está, pero con las reglas de la casa. Ningún niño o niña, se trauma por tener que aceptar reglas o por no hacer pijamas party's, aunque los demás lo hagan. Esto forma parte de la educación que le brindan los padres a sus hijos para enseñarles a respetar límites.
En el "durante" la presencia de los adultos o uno de ellos, es importante. No es necesario estar en la habitación, ni participar de las actividades, pero sí estar "dando vueltas y estar atentos". La idea es que este tipo de reuniones sean divertidas para los chicos y que no se transformen en una tortura para los adultos.
Fuente: Licenciada Gabriela Lima//www.planetamama.com.ar
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