de ser aplaudida, depende
de los gustos.
Recomiendan para la salud,
la música clásica,
lo mismo para las plantas,
pero si es rock pesado,
seguro que a usted le dolerá
la cabeza al escucharlo y
preferirá lo que más le gusta.
Y las vacas, qué les gustará?
Usted aplaude si la música le llega, de lo contrario su batir de palmas no se escuchará. Pero a veces la música causa efectos contrarios en quien la escucha y graves perjuicios económicos.
Así ocurrió con un grupo de vacas, en Alemania. Según noticias llegadas de Ostelsheim, el fenómeno fue descubierto gracias a un conjunto de muchachos que, por las tardes, ejecutaba música estruendosa.
Al escuchar los ritmos alocados, los vacunos comenzaron a patear, moverse y dejaban, instantáneamente de producir leche. Se calmaban sólo al término de la ejecución. Contrariamente a lo creído hasta ahora, la música no les incentivaba su producción láctea.
Es más, la impedían al escucharse la primera nota. Teniendo en cuenta estos incovenientes, se ha llegado a la conclusión de que lo mejor es esperar un tiempo antes de volver a innundar el aire con estridentes ejercicios musicales.
Los granjeros buscan ahora una salida definitiva. Al menos, y hasta el momento, se han suprimido las guitarras y enfundado los clarinetes. Las vacas, seguras de no ser molestadas, recuperaron su tranquilidad.
Fuente: Suplemento diario La Razón.
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