sábado, 30 de marzo de 2013

BEBAMOS UN VASO DE VITAMINA C


Los cítricos son valorados
como fuente de vitamina C, pero
tienen muchas otras virtudes
que justifican su presencia
diaria en nuestras mesas familiares.

                                                                                                      


          Los nombres científicos de las frutas cítricas son: el de la mandarina Citrus reticulata; el pomelo Citrus paradisi; y el limón Citrus limon. Los presentan como miembros de la gran familia botánica de los cítricos, a la que también pertenecen muchas otras frutas: naranjas, la toronja, la bergamota, el quinoto, la lima y la cidra ( no es la bebida de brindar).
          Algunas crecen en estas latitudes y otras suelen llegar desde otros países, donde son muy comunes. En ciertos casos se aplican denominaciones diferentes a la misma especie, o a variedades muy semejantes.
          Desde el punto de vista nutricional todas son valiosas, a pesar de que su composición química no es uniforme. Veamos qué nos brindan cada 100 g de jugo o parte comestible de la fruta:

Provitamina A : Es necesaria para la visión normal y la integridad de la piel.
Naranja: 230 mg.
Mandarina: 120 mg.
Pomelo: 80 mg.

Vitamina C: Nos protege contra las infecciones.
Naranja: 49 mg. Una por día cubre casi totalmente los requerimientos del organismo ( 60 mg. diarios)
Pomelo: 33 mg.
Mandarina: 31 mg.
Hay otras frutas que no son de la familia Citrus, y proveen mucho más : la guayaba:183 mg; kiwi 99mg; y frutillas: 57mg.

Potasio: Mineral imprescindible para la contracción normal de los músculos, entre otras funciones.
Naranja: 179 mg.
Mandarina: 157 mg.
Pomelo: 148 mg.

OTRAS PROPIEDADES:
          En general, los cítricos aportan poco sodio y no ofrecen riesgos para las personas que deben reducir la ingesta de este mineral.
También son pobres en azúcar ( 10 g por cada 100 de alimento), grasas y calorías. Esto significa que engordan poco y son ideales en los regímenes para adelgazar.
          Por su contenido de fibra ( 0,5 a 1 g por cada 100) son útiles para combatir la constipación, pero conviene limitar su consumo en casos de úlcera o gastritis.
Y no olvidemos que su sabor les otorga un lugar de privilegio en la cocina, pues son capaces de integrar infinidad de preparaciones dulces y salados.

Fuente: Pilar Llanos, Licenciada en Nutrición, Coordinadora de GESA ( Grupo Educador en Salud y Alimentación).
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