En la antigüedad, su flor
era símbolo de Amor Eterno,
y los franceses se las regalaban
a sus esposas, para demostrarles
su compromiso ...
Se trata de un arbusto formado por más de 180 especies diferentes, casi todas ellas de carácter trepador. La más frecuente es la Lonicera Japónica. Sus hojas generalmente son perennes, tiene forma de óvalo alargado, y se caracterizan por ser opuestos y de color verde claro. Tiene un crecimiento extremadamente rápido, lo que la hace ideal para cubrir paredes o muros desgastados por el paso del tiempo.
Es aconsejable utilizar un tutor que le sirve de guía, ya que es propensa a desparramarse por el suelo o se enrama al tronco de algún árbol con facilidad. La floración suele desarrollarse con las primeras flores en primavera, de color blanco con matices amarillos, muy elegantes en su forma, y desprenden un aroma muy característico, especialmente durante las noches de verano, y esto sucede para que los insectos nocturnos ejecuten la polinización.
Es suficiente regarla una vez por semana, si bien es necesario incrementar esta frecuencia durante la época de la floración y en el verano para evitar que se seque el cepellón. No es amiga de los rayos solares, conviene plantarla debajo de algún árbol o cobijada por un muro que esté a la sombra. No tiene preferencia por terrenos, se adapta a cualquiera. Tolera las bajas temperaturas pero no resiste de 30° C o más.
Fuente: Facilísimo.com
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