en San Fernando provincia de Buenos Aires.
Su verdadero nombre es Atir Omar Nocito.
Detrás de un gran cantor de tango,
se oculta entre verdad y suspenso
una historia oscura y amarga
como si fuera él, el protagonista
del tango que le tocó cantar...
En 1957 ganó un concurso multitudinario de tangos. Lo organizaron Radio Splendid y las revistas "Cantando" y "Radio Film". Con sólo 32 años de edad y, como era razonable, todas las ganas de hacer una brillante carrera artística.
Su buen estilo, el tono de su voz, sedujo a Héctor Varela, que transitaba un sendero exitoso. Lo contrató para realizar una gira por Chile, por alguna razón que no comentó, apenas llegó se afectaron sus cuerdas vocales y quedó sin voz. De regreso al país, ya con una notoria mejoría pudo grabar el disco con el maestro Héctor Varela el tango: "Esta noche de copas", tema que años más tarde, también registrara Jorge Falcón.
En 1950 pasó por la orquesta de Juan Canaro. Su primer registro anduvo bien en cuanto a ventas. En su momento de mejor salud vocal, actuó en varios locales de relativa importancia, pero muy pronto lo enfocó el pianista Osvaldo Manzi, que en aquellos discos 78 rpm grabó su tema instrumental "Febril", y cuyo acople fue "Dolor Milonguero" (1958).
Mas tarde, pasó brevemente por los conjuntos de Emilio Orlando, Juan Sánchez Gorio y Celso Amato. Su fugaz fama no tardó en perderse en el olvido. Junto a su primer esposa y sus dos hijas, su pasar económico no era bueno. Trabajaba en el aserradero de un hermano y, por la noche, viajaba a la ciudad de La Plata, donde cantaba en clubes nocturnos.
Después de algunos años y viviendo siempre en su ciudad, pudo comprar un bar ubicado en Ginés y Sarmiento, pero su vida cambió rotundamente. Cuentan que iban personas con mala reputación y hasta delicuentes. El escritor Ricardo Piglia, escribió una novela titulada "Plata Quemada" y es la historia donde se encuentra involucrado este cantor de tangos.
Relata la novela que el 27 de septiembre de 1965, poco después de las 15 horas, en una camioneta iban 4 personas, entre ellas el tesorero Alberto Martínez Tobar apretaba contra su pecho, un portafolio con 7 millones, 203 mil, 960 pesos de la época. De pronto comenzó un tiroteo directo a los municipales que traían el dinero, sólo se salvó un empleado, pero murió un petón que salía de un café cercano.
Después del robo, los maleantes huyeron a Montevideo, allí los ubicó la Policía uruguaya y resistieron 15 horas. Cuando se vieron perdidos, decidieron quemar la plata. Los asaltantes, algunos presos en la Cárcel de Caseros, otros en Montevideo. A Fontán Reyes lo denunció un primo que indirectamente estuvo involucrado en el asalto, la justicia le dio 12 años, pero esta dicho que salió pasados los 3 años, libre de culpa y cargo, salvando su honor y su buen nombre.
En 1975 se va a vivir a Perú hasta el año 1990, donde consiguió hacer algunas presentaciones tangueras.
Fuente: Diario Clarín, 14 de mayo de 2000. Alberto González Toro. www.todotango.com
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