viernes, 21 de febrero de 2014

HIPOCONDRÍA: CUANDO LA ENFERMEDAD ESTÁ EN LA IMAGINACIÓN

La atención del hipocondríaco
se centra no sólo en el estudio
de sí mismo, por ejemplo se toma
el pulso, la temperatura, el número
de respiraciones por minuto y la presión
arterial varias veces al día.
Controla los alimentos que va a consumir,
los huele, los prueba con la lengua, hasta
selecciona la marca de agua mineral
que le hace mejor para la digestión.
Y si tiene aire acondicionado,
regula la temperatura, para no enfermar...


                                                                                                     


          La hipocondría es un trastorno o neurosis por la que el paciente cree de forma infundada que padece alguna enfermedad, por lo general se la imagina muy grave. Es en esencia, una actitud que el individuo adopta ante la enfermedad.
          La persona hipocondríaca está constantemente sometida a un análisis minucioso y preocupado, incluso obsesivo, de sus funciones fisiológicas básicas, pensando en ellas como una fuente de segura enfermedad biológica.
          La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo.
          Puede ocurrir, por ejemplo, si la persona hipocondríaca tiene un lunar, él asegura que es maligno; si tiene pequeñas heridas, tose un poco, o incluso se escucha los latidos del corazón, todo lo manifiesta con males incurables, aunque el médico le asegure que está completamente sano.
          La interpretación catastrófica de los signos corporales más ínfimos por parte del individuo es el mecanismo que desencadena la hipocondría. Se sabe que este trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que muchos miembros de una familia tienden a estar afectados.
          Hay familias que son especialmente sensibles y están muy inclinadas hacia la interpretación de los signos de enfermedad en todos los ámbitos de la vida. De esta forma, los miembros de la misma familia aprenden a interpretar negativamente cualquier signo corporal y lo asocian con angustia, miedo o ansiedad.
          No debemos descartar que una persona hipocondríaca esté realmente enferma, el médico antes de diagnosticar el trastorno, le hará minuciosos exámenes para declarar que está sano o enfermo. En muchas ocasiones lo que hace es centrar su atención en síntomas leves o imaginarios: mareos, dolor de cabeza, descomposturas estomacales entre otros, y no en los verdaderamente importantes.
          Asimismo, el hipocondríaco, al centrar su atención emocional en una determinada función biológica puede terminar por formar síntomas orgánicos reales llamado trastorno psicosomático. El enfermo expresa así el efecto nocebo, es decir, la aparición de un síntoma somático causado por un proceso psíquico.





Fuente: Wikipedia, Google.
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