consideran a la sonrisa como
el mejor remedio natural para
contrarrestar los efectos dañinos
que provocan situaciones
negativas y los originados por
la alocada vida que se acostumbra
llevar...
Una revisión de más de ciento sesenta estudios científicos realizados acerca de la conexión entre el estado positivo de la mente y la longevidad, arrojó como conclusión que la gente que trasunta felicidad tiende a tener mejor salud y, como consecuencia, a vivir más. Al respecto, Ed Diener, profesor de psicología de la Universidad de Illinois que tuvo a su cargo la conclusión final, hizo hincapié en que quizás sea el momento de incluir un llamado a ser feliz en las políticas sanitarias actuales, centradas en combatir otro tipo de problemáticas.
Está claro que la alegría es una cuestión de actitud, teniendo en cuenta que representa una decisión personal que cada quien escoge y que está presente para quien quiera hacerla suya. Entre quienes optan por vivir con alegría, la sonrisa es una manifestación visible y un signo más que elocuente de aquellos que saben construir momentos memorables de circunstancias aparentemente insignificantes.
Por otra parte, sonreír reduce el nivel de las hormonas que aumentan el estrés e incrementan el nivel de aquellas que levantan el ánimo, como la endorfina, a la vez que reduce la presión sanguínea, por lo que representa una buena alternativa que no se adquiere en farmacias. Sin perder la vista que el bienestar psicológico resulta crucial para envejecer bien y vivir más tiempo, hay que tener en cuenta que la felicidad comienza a cimentarse en aceptarnos tal cual somos y en recordar lo importante que resultamos. Finalmente, hay que aprender a vivir con lo que se tiene y sin las expectativas del futuro ni los miedos del pasado.
Fuente: Revista "Familia Cooperativa"
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