El brote psicótico puede ser
provocado por diversas causas,
pero la más frecuente es una
fuente de estrés potente y
constante en el tiempo o debido
al consumo de algún alucinógeno...
Puede tener muchas otras causas, como orgánicas por una intoxicación o psíquicas como una enfermedad mental. En estos casos, suele ser conveniente un ingreso hospitalario en una unidad de psiquiatría, donde se debe tratar con fármacos antipsicóticos también llamados neurolépticos. Los brotes psicóticos también pueden llegar a producirse en pacientes con ciertos trastornos de la personalidad, como el trastorno límite de la personalidad.
Antes de que la persona padezca un brote psicótico, se puede observar un patrón de comportamiento generalmente caracterizado por: el comportamiento desorganizado, inusual o sin sentido aparente. Ideas extrañas (es difícil que las comparta, pero en ocasiones lo hacen). Una elevada suspicacia: la persona tiende a preguntar por qué se hacen las cosas o directamente interpreta que se hace para fastidiarlo, por lo que contesta de forma brusca o incluso arisca. Descuido de la apariencia, de la forma de vestir, hábitos de la higiene, etc. Mantiene un aislamiento social, y absentismo laboral o escolar.
Los brotes psicóticos pueden aparecer en mayor o menor grado durante la vida, pero un brote se diagnostica cuando los síntomas sean mucho más que lo normal, sucedan con más frecuencia, tengan una intensidad relevante, y, en definitiva, que interfieran en la vida diaria de la persona afectada. El brote puede durar unos días, semanas o meses pero, con el tratamiento médico apropiado, lo normal es que la persona se estabilice y vuelva a la vida diaria. Si los síntomas y los brotes persisten, entonces la vida de la persona se puede ver afectada mucho, poco o nada dependiendo del tipo de vida que lleva y del desarrollo de la enfermedad.
*ANTE CUALQUIER DUDA CONSULTE CON SU MÉDICO DE CONFIANZA*
Fuente: Wikipedia, Google*
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