Investigador del Conicet, presidente
de la Fundación Ineco y profesor de
la Universidad Favaloro, el ciclo
sueño - vigilia posee un equilibrio
que se autorregula espontáneamente
desde nuestro nacimiento y que no es
para todos igual...
Es lo que se llama "ritmo circadiano". Hay personas que se despiertan temprano y comienzan el día con mucha energía y otras que necesitan varias horas para ponerse en funcionamiento luego de apagar el despertador en reiteradas oportunidades. Estas personas no pueden comer nada hasta media mañana y lo más probable es que no tengan dificultad para quedarse estudiando o trabajando hasta altas horas de la noche.
Es así que existe un porcentaje de personas que se podría considerar llamarlas "alondras" o tempraneros y otras que se podría considerar llamarlas "búho" o aquellas personas que son noctámbulas. El estado de búho o alondra se encuadra en los llamados "cronotipos", que están asociados a variaciones genéticas, ánimo, función cognitiva y riesgos de problemas de salud.
Algunos neurocientíficos aseguran que es importante descubrir a qué grupo cronobiológico pertenece una persona y así adaptar sus horarios de trabajo a su patrón de sueño natural. Sin embargo, otros especialistas mostraron que las personas designadas búhos que suspendieron su exposición nocturna a la luz solar lograron desplazar sus relojes biológicos hacia el despertar temprano y el dormir nocturno. "La noche es la mitad de la vida, y la mejor mitad" escribió Johann W. Goethe. Podemos no estar de acuerdo, pero al menos ha demostrado ser la más reparadora de nuestro organismo.
Fuente: Revista "Muy Interesante"
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