LAS SOMBRAS DEL DELITO

Los documentos medievales

hacen referencia frecuentemente

al momento del delito: "La hora

sospechosa", "La hora propicia

para las malas acciones" o "La

hora prohibida"...

                                                                                                                   


          Los documentos medievales también hacen referencia frecuentemente al momento del delito como "la hora sospechosa", "la hora propicia para las malas acciones"o "la hora prohibida"; esto es el momento después del toque de queda.
          En Francia, por ejemplo, según las ordenanzas del alcalde de Lyon, los taberneros tenían prohibido mantener sus establecimientos abiertos tras ese aviso. Sin embargo, ninguno respetaba la norma y, bien entrada la noche, los jóvenes solteros salían de los establecimientos y callejeaban buscando qué tontería hacer o a quién agredir.
          Pero la vida nocturna no era únicamente miedo y violencia. En el siglo XVII, bebidas no alcohólicas como el chocolate, el café o el té eran muy populares, y las cafeterías, conocidas por sus horarios tardíos, se multiplicaron por las ciudades a partir del siglo XVII. A la implantación de este esparcimiento contribuyó, en gran medida, el alumbrado público, hacia el año 1700 que ya existían en París, Amsterdam, Turín, Londres, Copenhague y a lo largo del Sacro Imperio Romano, desde Hamburgo hasta Viena. La primera mención conocida sobre alumbrado público en nuestro país data de 1744, cuando el entonces gobernador Domingo Ortíz de Rozas ordenaba qué tiendas y pulperías colocaran faroles " desde la oración y hasta las 10 horas en verano y las 9 en invierno" para evitar " ofensas contra Dios".
          Más adelante, el propósito del alumbrado fue más completo, ya que servía para evitar robos, muertes y otros excesos" y, a su vez era " a ejemplo de las ciudades principales de Europa. Los faroles eran iluminados con velas de sebo y, en 1777, siendo Juan José de Vértiz Salcedo virrey, estableció en forma definitiva el alumbrado público y otorgó a Juan Antonio Ferrer la primera concesión para el cobro del servicio de luz.





Fuente: Revista "Muy Interesante"
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