El invierno trae consigo algunos
factores climáticos, como lluvia y
niebla, que ponen en riesgo la seguridad
a la hora de manejar...
En estos casos hay que adaptar las técnicas de manejo a las condiciones meteorológicas. Es imprescindible asegurarse de que el auto esté en condiciones óptimas. Hay que hacer los chequeos correspondientes y un mantenimiento periódico en un taller de confianza con profesionales capacitados, la tecnología necesaria y repuestos originales.
En los días de lluvia hay que ampliar la distancia con los demás coches. Frenar en una superficie mojada lleva mucho más tiempo que en una seca. La recomendación es mantener más de dos autos de distancia entre su vehículo y el que le precede.
Revisar los neumáticos que estén correctamente inflados, previene complicaciones al frenar y que los dibujos de la rueda tengan como mínimo 2 mm de profundidad. Disminuir la velocidad al caer las primeras gotas ya que el agua se mezcla con la suciedad y se forma sobre el asfalto una especie de aceite, peligrosamente resbaladizas.
Circular con las luces bajas encendidas. También en caso de lluvia muy intensa se recomienda usar las luces antiniebla. Esto no sólo mejorará la visibilidad del conductor, sino que facilitará al resto de los vehículos la identificación del auto. Para evitar el flujo continuo de agua sobre el parabrisas se debe contar siempre con escobillas en buen estado y limpias. Lo ideal es cambiarlas una vez por año.
Fuente: Revista Buenas Ideas.
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