tan fácil para tenerlo en
la mano, nos ayuda a elevar
nuestras súplicas a un Ser Superior,
que según las distintas religiones o
creencias le dan un determinado nombre...
La palabra Rosario, deriva del latín rosarium significa rosedal, o sea un sitio lleno de rosas, y al ser usado por los fieles de distintas religiones o creencias, sería un rosedal de peticiones.
Entre los judíos es desconocido, sin embargo se lo ubica en civilizaciones tan dispares como la romana antigua; la africana, es una corona de cuentas en donde está hecha con dientes humanos; la japonesa, esta elaborada de cuentas de madera; y la turca, es con cuentas de ámbar.
Simbológicamente el rosari es afín a la cadena y el collar, y estaría indicando ciclos cósmicos, la cadena de los mundos o la multiplicidad resumida en la unidad. La repetición propia del rezo guarda relación con ciertos procesos de mentalización y otros, entre los cuales se encuentran los conectados con mantras y cierto tipo de encantamientos, en especial por su monótona repetición de palabras, frases, nombres o letanías. Al número de cuentas, se le suele asignar una interpretación numerológica.
Según la tradición se cree que el rosario católico, Santo Domingo de Guzmán, lo recibió de la virgen María y lo impuso como objeto de devoción. Otra dice que Pedro el ermitaño se inspiró en el rosario de los mahometanos y se lo dio a los cruzados para que lo utilizasen. Se compone de cinco decenas de cuentas, a las que se suman cinco más, intercaladas entre decena y decena, tres más y una más terminando con una cruz, en total, suman 59 cuentas.
En su versión reducida se lo conoce como rosario vasco o decenario. Con el rosario indú está formado por 50 cuentas, el budista y el tibetano tienen 108 cuentas, el islámico 99, el shivaita tiene 32 o 64 cuentas de bayas; el vishnuita, también 108 cuentas de madera del árbol Tulsi.
Fuente: Tito San. Diario Popular.
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