viernes, 16 de mayo de 2014

UN MUNDO QUE ESTÁ DE PRISAS

La paciencia se supone que
es una virtud, y  que nosotros
debemos ser pacientes, y sin embargo,
nosotros, como sociedad, nos vemos
afectados por la Impaciencia...


                                                                 


          Estamos viviendo cada minuto como si fueran horas de espera, y esta urgencia o inmediatez, nos hace olvidar que algunas cosas van a su ritmo y no al nuestro. Rechazamos la espera, considerándola fastidiosa e indeseable. Sentimos la ansiedad de estar perdiéndonos el momento futuro, cuando el que de veras perdemos es éste.
          La impaciencia es una respuesta al miedo. El temor de que nunca logrará lo que sea que está haciendo, o al miedo de perderse algo. En cualquier caso, es el temor de que la persona no conseguirá algo que cree que necesita. Esta respuesta de miedo conduce a un deseo de controlar no sólo el resultado, sino cómo ese resultado se logrará.
          Eso es la impaciencia y vista así, parece una actitud poco sabia, teniendo en cuenta que buena parte de la vida la pasamos "esperando". Esperamos que llegue el fin de semana, las vacaciones, el cobro del salario, que nos atiendan en la farmacia, que se descargue al toque un archivo, que se libere el tránsito de una vez, que la comida esté lista ya, y tantas otras cosas más.
          La impaciencia hace que estemos en contra del tiempo de espera, en lugar de utilizarlo a favor. Porque hay momentos que no se eligen en la vida, pero lo que sí se elige es la actitud con lo qué hacerles frente. Y la impaciencia no es más que eso: una actitud elegida.





Fuente: tusbuenosmomentos.com/ Google./ www.deliberatereceiving.com
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