domingo, 10 de noviembre de 2013

ESAS MALAS ONDAS!!!...

Todos alguna vez hemos
experimentado sensaciones en
casas, negocios o en el trabajo
que nos desequilibran creándonos
desarmonías físicas como por ejemplo:
dolores de cabeza, bostezos o incomodidad.
Esas energías sutiles y contaminantes del
espacio tienen un origen variado y modifican
la estructura de los campos electromagnéticos
de las personas porque se impregnan en
el organismo.



                                                                      


          La física cuántica establece que todo lo que nos rodea es energía y que no hay diferencia entre materia y energía. Es por eso que un cuadro puede emitir una chi (energía) beneficioso pero si la imagen es hostil o está en desarmonía, puede enviar ese chi al entorno.
          De la misma forma, si una persona piensa de manera negativa y vive criticando, resuelve todas las cosas a través de la ira o siente muchos miedos, podría impregnar el ambiente de energías desestabilizantes.
           También un exceso de aparatología que emita radiaciones ionizantes, como, por ejemplo, computadoras, impresoras, faxs o aires acondicionados podrían generar un espacio difícil si es que no se abren las ventanas y se deja entrar el sol para nivelar los iones.
          A veces, la visita de personas que se encuentran muy contaminadas con energías puede dejar una sensación de malestar en el espacio, expresada por olores desagradables, dolores de cabeza, opresión en el pecho y cansancio y eso que habitualmente se le atribuye a la mala onda: es solo la consecuencia de una persona que no posee hábitos de limpieza energética.
          Además, existen formas de relacionarse energéticamente entre las personas que son muy similares a las de la vida diaria. Habrá quienes son generosos y otros que son captadores de las energías de los demás, causando un agotamiento excesivo a la persona que se le está quitando la energía en una charla, en el trabajo o en la casa.
          Los lugares con alfombras, paredes empapeladas o sótanos son más propicios para acumular energía: se deben mantener las alfombras limpias y los empapelados sin polvo. En las oficinas, cuando estas energías se acumulan, pueden producir un desequilibrio que tenga como consecuencia enfermedades, irritabilidad o mucho cansancio en los que trabajan en el lugar.
          Por todo esto podemos decir que cualquier sintomatología en el cuerpo tiene un estadio previo de contaminación en los campos dimensionales o áuricos de las personas. Luego de un tiempo, estas energías inciden en la forma de pensar, en las emociones y en el físico, por eso una persona que tiene su campo áurico con impregnaciones podría estar deprimida, irritable o cansada sin motivo.
          Pero para todo hay solución. Hay protecciones energéticas con saumerios, velas y el más acertado hecho por un especialista en la materia que es el Feng Shui, y le dirá qué mover, qué planta positiva ubicar en cierto lugar dónde usted trabaje o en su hogar. 



Fuente: Patricia Traversa, para Revista Mia.
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