instrumento musical, convierte
a quien lo hace en una persona
metódica, que cuida los detalles,
planifica adecuadamente las
tareas y posee notoria capacidad
de atención...
La música , además de ser un medio de expresión, enseña a vencer el miedo y asumir riesgos, aporta seguridad y autoconfianza, fomenta la constancia y la disciplina. Incluso, al formar parte de una orquesta o grupos, la práctica mejora el trabajo en equipo y la disciplina, favorece el compromiso para aprender, asistir a los ensayos y practicar en casa.
Por ejemplo, al tocar el piano, el uso constante de los dos hemisferios cerebrales, cuando se emplean ambas manos y diez dedos simultáneamente, ejercita la memoria y brinda mayor agilidad mental. En el caso de la batería, por su parte, hay algunos ejercicios que requieren que las cuatro extremidades realicen movimientos a diferentes tiempos con la cual se genera una coordinación corporal integral.
Por lo tanto, cualquiera sea el instrumento que se elija, aprender a tocarlo mejora la vida en general e incrementa la productividad y la concentración. En el aspecto físico, la correcta ejecución de un instrumento musical logra desarrollar la coordinación corporal. Se adquiere mayor sensibilidad auditiva y táctil. Los instrumentos de viento mejoran el sistema respiratorio y afina la gestión del tiempo y las habilidades organizativas.
Fuente: revista "Saber Vivir"
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