expresión, y en los últimos
años ha sido objeto de diversos
estudios para entender los
procesos mentales implicados
en el comportamiento. Y la
práctica musical se asocia
con la plasticidad estructural
y funcional del cerebro a
través de la experiencia...
El profesor Lutz Jäncke, del Instituto Tecnológico de Zurich (Suiza), ha recogido gran parte de los estudios realizados hasta el momento en la web "Faculty of 1000" donde la música aparece como una terapia neuropsicológica que mejora las habilidades de la conducta, el lenguaje, la memoria y la inteligencia espacial ( se relaciona con la capacidad que tiene el individuo frente a aspectos como color, línea, forma, figura y espacio).
Los estudios señalan que la mejor edad para comenzar a tocar un instrumento es a los cinco años. En este sentido tras un estudio realizado y publicado por Journal of Neuroscience, con niños de seis años que asistieron a clases para tocar un instrumento durante quince meses, se demostró que los pequeños sufrieron cambios en su anatomía cerebral y aumentaron las áreas usadas para trabajar con la música.
Otro estudio realizado por Teppo Sarkamo, neurólogo de la Universidad de Helsinki (Finlandia) en el 2008, en el cual intentó examinar si escuchar música a diario aumentaba las probabilidades de recuperar las funciones neurocognitivas y el estado de ánimo tras un accidente cerebrovascular. Los resultados demostraron una mejora significativa en la recuperación de la memoria verbal, de la capacidad de atención y el estado de ánimo.
Fuente: revista "Saber Vivir"/Terapias Alternativas.
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