jueves, 26 de diciembre de 2013

LO BUENO, LO MALO Y LO FEO PARA ESTAR BIEN EN LAS FIESTAS

Para las fiestas se come
como si el mundo se fuera
acabar ese día.
Y pasadas las horas, nuestro
organismo sufre las consecuencias
de las mezclas que mal elegimos 
para comer...


                                                                               


          Al beber mucho alcohol se pierde mucho líquido y esta pérdida es la que nos produce dolor de cabeza. Para evitar el malestar posterior, es aconsejable que entre el vino espumante y la sidra que va a tomar, ingiera vasitos de agua. Esto lo mantendrá hidratada y no se va a lamentar al día siguiente. Antes de acostarse tome 4 vasos de agua.
          Cuando se lleva la fuente de comida a la mesa, es probable que se coma todo, pero si sólo se sirve en el plato, comeremos lo que hay en el plato. Así se evitan las digestiones pesadas y otros malestares.
          Recuerde que abandonar la actividad física es su principal "amortiguador" con respecto a las calorías que sobren en estas fechas. Si los días de las fiestas, los gimnasios o clubes están cerrados, siempre hay una plaza donde podamos ir a caminar o andar en bicicleta.
          Opte por una entrada más liviana, panes y cereales integrales ya que arrastran las toxinas del intestino. Mantienen sano el sistema nervioso y la piel, oxigenan las células y facilitan la circulación sanguínea. Además mejoran  el sistema digestivo.
          Seleccione alimentos bajos en calorías, beba té verde o té de manzanilla, para facilitar el desprendimiento de las toxinas a través de la orina. Elija alimentos que den saciedad, aquellos que exigen masticación como cereales integrales, frutas y verduras frescas, legumbres, que al tener proteínas sacian más.
          Prepare un plato chico, el tamaño de una taza, con el que pueda medir pequeñas cantidades que quepan todas juntas en un plato y procure que ese sea el límite de consumo, como por ejemplo: un puñado de garrapiñada, una rodaja fina de pan dulce o un bocadito de turrón.
          Disfrutar de las fiestas de Año Nuevo es bueno, pero sin caer en los grandes excesos alimentarios que suelen acompañarlas. Lo que engorda no es la comida ni la bebida, lo que engorda son los excesos de comidas y bebidas, y los excesos no son de usted...¿No le parece?
   ANTE LA DUDA CONSULTE CON SU MÉDICO DE CONFIANZA.



Fuente: Richard Frenkel, para Revista Salud Alternativa.
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