martes, 25 de diciembre de 2012

UN AÑO SE FUE...

" Aprendamos a permanecer solos antes
de seguir adelante. Nuestra vida es nuestra
propia vida, debemos vivirla nosotros mismos"


                                                                     

          Nadie puede vivirla por nosotros, ni nosotros podemos vivir la vida ajena. Cada uno debe mantenerse firme sobre sus propios pies. Cada uno dará cuenta de sus actos. Cada uno debe cosechar lo que sembró. Cada cual ha de sufrir o gozar según sus acciones. El hombre sólo es responsable ante sí mismo y ante lo eterno. Nadie más puede ayudarle. Cada alma debe cumplir su propio destino y ninguna alma puede hacer la obra de otra. Cada alma contiene en sí la luz del Espíritu que le dará cuanta ayuda necesite, y cada alma debe buscar en sí misma esa ayuda. El alma evolucionante ha de aprender la lección de valor y confianza propia. Debe aprender que si nada externo puede ayudarla, es igualmente cierto que nada externo puede dañarla. El ego es inmune contra todo daño o injuria. Es indestructible y eterno. El agua no puede ahogarlo ni el fuego quemarlo. Es y siempre será. Debe aprender a sostenerse erguido sobre sus propios pies. Si para su seguridad necesita la presencia de un protector infalible, de ilimitado poder y sabiduría, mire a lo eterno, donde está cuanto necesita.

Yogi Ramacharaka

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Ramacharaka, Yogi

Yogi Ramacharaka, el nombre que aparece como autor de este libro, en verdad corresponde a dos personas. Es el seudónimo que eligieron en homenaje al maestro de uno de ellos: Ramacharaka, un buscador, nacido en India en 1799, que recorre innumerables kilómetros a pie, buscando escritos de antigua sabiduría. Lamasterios, monasterios y bibliotecas privadas de varias realezas y familias muy ricas le permiten consultar sus tesoros bibliográficos.
En 1865, tras muchos años de búsqueda y visitas a lugares sagrados en los que puede ayunar, meditar y decantar la vasta información recogida, Ramacharaka encuentra las bases de su filosofía. Es en esa época que acepta como alumno a Baba Barata, un niño de ocho años provenientes de una familia de Brahmines. Juntos vuelven a recorrer los caminos que el maestro ha realizado en su juventud; en esos viajes, Ramacharaka adoctrina al muchacho con su filosofía.
En 1893, al percibir que su paso por esta vida se está cerrando, Ramacharaka da a su alumno una misión: “Lleva este conocimiento al nuevo mundo”.
Baba Barata llega a Chicago en 1893, mientras se prepara la Exposición Mundial de Columbia y es invitado a dar conferencias. Sus disertaciones son un éxito instantáneo. Personas llegadas de todas partes del mundo para visitar la Feria se entusiasman con lo que dice; muchos de ellos se convierten en sus seguidores y le piden que comience una nueva religión. Barata acepta escribir acerca de los temas sobre los que diserta.
Cerca de 1900, conoce a William Walter Atkinson (1862-1932), un abogado oriundo de Pensilvania. Acuerdan que Barata proveerá el material y Atkinson la habilidad para redactar, y que atribuirán sus textos a Yogi Ramacharaka. Los libros escritos en colaboración se vuelven muy conocidos en todo el mundo y se reeditan permanentemente en muchos idiomas.
         Fuente: Editorial Kier
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