Este método utiliza la exposición
al sol de manera dosificada para
fines terapéuticos.
NO ES CORRECTA LA IDEA
"MÁS SOL, MEJOR SALUD",
por lo que hay que tener algunos
cuidados al respecto...
Para llevar a cabo una buena Helioterapia, se debe evitar las horas de mayor intensidad solar. Principalmente en los meses de verano y en las horas cercanas al mediodía. Es preferible las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando no es tan intensa. Comenzar la exposición al sol, en un principio, no más de 15 minutos e ir aumentando paulatinamente el tiempo de exposición a medida que la piel se vaya cubriendo del color moreno, que es su protección natural.
Ser especialmente cautos y precavidos con los niños, ya que su piel es especialmente vulnerable, por lo que los tiempos de exposición deben ser menores que para los adultos. Lo benéfico de los baños solares es que aportan estimulación de la síntesis de vitamina D, que influye en la absorción intestinal del calcio y en la mineralización de los huesos, previniendo la osteosporosis, estimula la producción de ciertas hormonas sexuales y neurotransmisores, disminuye la presión sanguínea, mejora la diabetes, gota, úlceras crónicas, heridas o el asma.
Lo más peligroso de esto, son las quemaduras por estar demasiados expuestos al sol, como las manchas de origen maligno en la piel. La deshidratación, la dermatitis solar, como lipotimias, golpe de calor, queratosis actínica son los efectos de la exagerada exposición solar.
ANTE LA MENOR DUDA CONSULTE CON SU MÉDICO DE CONFIANZA***
Fuente: es.wikipedia.org*
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