La historia de la humanidad señala predilección por algunos números. Si bien el 3 y el 12 -Santísima Trinidad, Las tres Marías; Los doce Apóstoles, la universal distribución por docenas- tienen un pasado ilustre, es el siete (7), el que asoma como preferido.El presidente de turno, apadrina al séptimo hijo varón de los matrimonios; a la habilidad para sortear riesgos respondemos con un " Tiene siete vidas como el gato"; "No me vengas con un domingo siete", es la réplica instantánea a una salida disparatada.
¿Por qué el SIETE juega un papel tan activo en nuestras expresiones? Fue elegido desde siempre y nadie ha podido precisar con exactitud las causas que lo hicieron favorito. Tal vez lo haya impuesto JEHOVÁ al tomar descanso después de la séptima jornada o RÓMULO y REMO al fundar ROMA SIETE siglos antes de Cristo
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